¿Sabes dormir?

Sorry, podrías mejorar, ¡mírate!

Perdón, pero un poco sí.

Solo para decir lo obvio, tu scrolling nocturno o snacks y otros hábitos de higiene del sueño no excelentes no te están haciendo ningún favor. Y mira, lo entiendo: la vida básicamente conspira para obligarnos a estas malas prácticas. Pero puedes empezar a descansar mejor si estableces una rutina y te apegas a ella, todas las noches. Eso podría significar bañarte con agua caliente, tomar una taza de té de hierbas y meterte a la cama. Una vez que estés en una buena racha, es hora de guardar tu celular (esas cosas sobre la luz azul y la interrupción del sueño son reales). Si todo lo demás falla, considera visitar a un especialista en sueño, que puede descubrir las raíces de lo que realmente te mantiene despiert@.

Honestamente, podrías descansar más.

Conversación real: a veces estás demasiado ocupad@ y es tu sueño el que recibe el golpe. Sin embargo, aquí está la cosa... cuando esto sucede, podría alterarse la calidad de tu sueño durante semanas (!), dejándote irritad@ y agotad@. Pequeños cambios como evitar tu celular por la noche (sí, incluidos los emails del trabajo), cambiar a solo agua por la tarde y evitar las siestas a última hora pueden marcar una gran diferencia. Lo importante de las rutinas de sueño es que son rutinas. Trata de apegarte a la misma secuencia, incluso si comienza un poco más tarde de lo habitual. FUENTE: MELISSA RUSSIANO, TRABAJADORA SOCIAL CLÍNICA CON LICENCIA EN CALIFORNIA

Nop... ¡Mírate!

Eres una de las pocas personas que siguen gran parte de los principales consejos de higiene del sueño (al menos, la mayor parte del tiempo). Tu objetivo es que no haya cafeína más allá de cierta hora, no alcohol antes de acostarte, no trabajo estresante después del horario laboral... ¿Serás human@? Bromi, bien por ti, de hecho, superbien por ti. Tu envidiable rutina de sueño está funcionando de maravilla y apegarte a ella te ayuda a que te sientas descansad@ y renovad@. Si alguna vez quieres desafiarte a ti mism@ para ir todavía más lejos (aunque en serio, no lo necesitas), ¿por qué no intentar llevar un diario de sueños o relajarte con una práctica de meditación antes de acostarte?