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El vitiligo me hizo famosa, pero no es quien soy

La modelo –convertida en– y fundadora de su marca de belleza, Winnie Harlow, comparte la historia –la suya– que nadie más quiere.

WINNIE HARLOW es modelo, emprendedora y activista de belleza inclusiva. Vive en Los Ángeles.

Soy una canadiense jamaiquina que nunca aceptó un “No” por respuesta. Soy una mujer. Una mujer negra. Hija de mi madre. Amo a mi familia, la elegida y en la que nací. Nunca dejo pasar la oportunidad para hacer una broma. Soy todas estas cosas y mucho más, antes de lo que está pasando en mi piel. Cuando tenía cuatro años de edad, comencé a desarrollar vitiligo, una afección en la que el sistema inmune del cuerpo ataca las células productoras de melanina en la piel y pelo, lo cual causa

parches despigmentados. (La prevalencia del vitiligo en la población mundial varía, pero es de alrededor del 1% en Estados Unidos). Como niña, se sentía increíblemente aislante. Me acuerdo vívidamente estar en tercer grado y tratar de hacerme amiga de dos niñas que huían de mí porque sus mamás temían que “se enfermaran” de lo que yo tenía, como si fuera contagiosa.

Afortunadamente, crecí con una familia que me hizo sentir amada y digna. Pusieron toda su energía en mí sin importar nada; les doy crédito de la seguridad que tengo hoy. Si sabes algo sobre las mujeres jamaiquinas, quizá sea que no nos falta seguridad. Y es esa autoestima –no la promesa de la fama– lo que me impulsó a lograr muchas primicias.

Una vez pensé que sería una YouTuber (todavía estoy obsesionada con esa plataforma; ahí aprendí a peinarme y maquillarme, también a cuidar mi piel). No quería hacerlo para ser famosa, solo me encantaba. Luego empecé a modelar y toda mi vida cambió; de repente, fui famosa... “la modelo con vitiligo”.

Fui la primer persona con esta condición en caminar por la pasarela del Victoria’s Secret Fashion Show, aparecí en la edición de Sports Illustrated Swimsuit, he sido la portada de innumerables revistas en todo el mundo y, ahora, soy embajadora global de la marca Puma. Para mí, siempre se ha tratado de ahorrar dinero y asegurarme de poder cuidarme a mí misma y a mi familia. Aunque sí, el aspecto más cool de la fama es la posibilidad de ir a infinidad de lugares en todo el mundo.

Aun así, con todos mis éxitos, la mayoría de las veces me preguntan en las entrevistas sobre mi vitiligo: ¿Cómo era cuando me molestaban de niña, cuando me decían que parecía una vaca, o una cebra? Es frustrante porque también soy una mujer adulta con una vida plena. Para ser honesta, he tenido traumas mucho peores que la condición de mi piel. Que me pongan en esta pequeña caja, ¡me molesta! Estoy agradecida por hacer lo que amo todos los días; emocionada de que la gente hable sobre el próximo “capítulo” de Winnie. Es una nueva era anclada en el activismo, equilibrio y convertirme en fundadora de mi propia marca de cuidado de la piel.

Esa marca se llama Cay Skin; después de casi tres años de pruebas, la lancé en marzo. La idea surgió de una sesión de fotos traumática que tuve en 2018. Nadie en el set quería que me volviera a aplicar bloqueador, debido a las manchas blancas que se veían en las fotos. Terminé severamente quemada por el sol, necesité atención médica para el dolor extremo y la inflamación. La experiencia me dejó con cicatrices físicas y emocionales, pero supe que debía crear un mejor SPF. Me obsesioné con cada detalle y ahora tengo una línea de protectores contra el sol, con poderosos ingredientes para el cuidado de la piel, como la niacinamida y el musgo marino. Dejan un acabado verdaderamente hermoso en todos los tonos.

Sé que la gente todavía quiere escuchar ese cuento del patito feo a cisne, pero voy a cambiar eso. Es hora de hacer que las diferencias de las personas sean la norma; reflejar el mundo como realmente es, compuesto por personas con varios tonos de piel, tipos de cuerpo, habilidades y antecedentes culturales.

Me siento muy orgullosa del trabajo que he hecho para evolucionar la cara de la industria de la belleza, tanto como modelo como empresaria negra. Espero impulsar más cambios que pongan a las mujeres negras en el asiento del conductor. También quiero entrar al mundo de los libros infantiles, para transformar la mentalidad de las personas cuando se trata de diversidad.

A veces, cierro los ojos y puedo escuchar a mi mamá diciendo: “Winnie, eres mucho más que tu portada. ¡Eres mucho más que tu vitiligo!”. Tenía y tiene razón. Algunos han tratado de escribir mi historia como la de una valiente mujer que ha superado adversidades para mostrarse como ella misma y hacerse famosa a pesar de ello, pero nunca me he visto a mí misma a través de ese lente. De hecho, mi piel ha sido uno de mis mayores regalos; la he usado, desde que era una niña, como un megáfono; me ha permitido ser más fuerte, más orgullosa y siempre alimentarme de la pasión y amor. Me ha ayudado a mirar más allá de mi propia portada y la de todos los demás.

“Sé que la gente todavía quiere escuchar ese cuento del patito feo a cisne, pero voy a cambiar eso”.

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2022-08-01T07:00:00.0000000Z

2022-08-01T07:00:00.0000000Z

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