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Historias de sexo en viajes

¿Inspiración para tus próximas vacaciones?

“Fui a un crucero sexual para tirarme a desconocidos delante de mi esposo”.

“Todas las cosas buenas empiezan en un aeropuerto. Mientras esperaba mi vuelo, un jugador de béisbol estúpidamente atractivo se sentó a mi lado. Empezamos a hablar; al abordar el avión, preguntó a la azafata si podía cambiar su asiento para estar conmigo. Al final del trayecto, intercambiamos números y nos fuimos por caminos distintos, hasta que nos encontramos para cenar esa misma noche y tener sexo increíble en la habitación de hotel de su equipo; luego, no volvimos a hablar”.

– KAYLA*, 28 AÑOS

“En un viaje a Islandia con mi ahora prometido, fuimos a la Laguna azul. Debido a la sílice del agua, apenas se ve a través de ella. Es decir, privacidad total de cintura para abajo. Los cientos de personas que nos rodeaban podían mirar nuestras partes superiores moviéndose en el agua, pero con nuestras manos y mitades inferiores ocultas, tuvimos el más delicioso sexo secreto. Fingimos estar hablando ¡y nadie se dio cuenta!”.

– KIM*, 30 AÑOS

“Mientras volvíamos a casa después de una noche de copas en Londres, mi cita inglesa y yo entramos en una de las emblemáticas cabinas telefónicas justo cuando estábamos a punto de despedirnos. Nos besamos y él empezó a desabrochar mis pantalones. Me di la vuelta y puse las dos manos en las ventanas de la cabina, él me penetró por detrás. Oírle decir: ‘¿Te gusta?’ y ‘Dime lo que quieres’ con su acento, fue suficiente para que me excitara por completo. Todo el mundo debería estudiar en el extranjero”.

– ROSE*, 23 AÑOS

“Conocí a una mujer en un bar de las Bahamas y nos dimos cuenta de que nos alojábamos en el mismo resort. Intercambiamos números, pero como yo no tenía servicio celular, no volví a verla hasta una mañana en un pasillo. Sin decir nada, me llevó contra la pared para besarme, cuando oímos que alguien salía de su habitación se alejó y siguió caminando como si nada hubiera pasado. Es el misterio más caliente de mi vida”.

– TANA*, 31 AÑOS

“Hace un par de años, realicé un viaje en solitario por tres meses como mochilera en Australia. Cuando llegué al país, conocí a mi guía turístico y me sentí inmediatamente atraída por él y su acento. La última noche de la excursión, después de que los demás se fueron a dormir, él y yo nos quedamos bebiendo cervezas junto a la fogata. Ahí tuvimos sexo de la forma más cinematográfica, sexy y romántica; bajo un cielo lleno de estrellas brillantes”.

– ANNE*, 34 AÑOS

“Hice un viaje sola a Augusta, Georgia, y usé Tinder para conocer la ciudad. El plan era salir con un grupo de chicos al azar, pero terminé llevándome bien con los dos primeros que conocí. No podía decidir quién me gustaba más, así que durante todo el fin de semana, me quedé con uno durante el día y con el otro por la noche. Honestamente, no tengo ningún arrepentimiento”.

– MICHELLE*, 26 AÑOS

“Cuando viví en Italia, conocí a un hombre que estaba pasando el verano en Venecia. Durante dos semanas visitamos juntos muelles, museos y restaurantes; la química sexual era máxima. La última noche, antes de que tuviera que marcharse, me llevó a su habitación de hotel; observé que toda la pared frente a la cama era un espejo. Empezamos a acariciarnos... no vi nuestro reflejo hasta que pasamos a mi posición favorita: el perrito. Entonces fijé mi mirada en él a través del espejo y llegué al orgasmo, casi de inmediato”.

– LIV*, 27 AÑOS

“Me fui a un crucero sexual para tirarme a desconocidos delante de mi esposo. (Somos éticamente no monógamos, así que eso es lo nuestro). Una tarde, me senté en el regazo de un brasileño en un jacuzzi, él jugaba con sus dedos en mi clítoris mientras mi marido nos miraba desde un lado, disfrutando plenamente. Era exactamente lo que mi libido necesitaba”.

– ALI*, 32 AÑOS

BRIDE

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2022-05-02T07:00:00.0000000Z

2022-05-02T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa