APENAS TRABAJAR

Nadie quiere ser estereotipado como un copo de nieve sin esfuerzo laboral, por lo que la “idea correcta” es trabajar todo el tiempo. Tal pareciera que el autocuidado no es opción a menos que estemos agotados, pero ¿hay que esperar ese punto? Integrar a nuestra vida el tiempo apenas dedicado a lo profesional es urgente.

NO HAGAS NADA

Esta acción protagoniza como solución para el agotamiento, aunque demanda también planificación. Hay dos tipos: el “no planificado” y el “definitivamente no hacer nada”. Si reservas dos noches libres entre semana, o un día entero del fin de semana solo para ti, eso entra en el primero; el segundo consiste en entender que nunca harás todo bien al 100, por lo que te permites dejar de lado la tarde de trabajo o mandar a la mierd* esa clase de ejercicio que realmente no te gusta. Aceptar el “fracaso” en tu estructura es la única manera de hacerla realista.

BUSCA LO QUE TE HACE SENTIR BIEN

Si el final de la jornada laboral era una cena, la cancelaba; pensaba que eso me hacía sentir bien. No me malinterpretes: a veces era lo correcto porque habría sido una compañía terrible. Pero la mayoría de las veces iba y me sentía mucho mejor después. Aprender qué actividades te recargan –te hacen sentir bien, tranquila y contenta–, es un proceso activo. Además, necesitas identificar qué te gratifica instantáneamente y qué después (también cuál prefieres).

¿Cómo hacerlo? Dobla verticalmente una página de cuaderno por la mitad y escribe:

Lo que me hace sentir bien

(en la primera parte de la hoja).

Lo que me hace sentir mal

(en la otra parte).

Crea este título lateral alineado a la derecha junto a cada llamado anterior:

Límites y excepciones

Ahora, “salir a pasear al final de la jornada laboral” está en mi columna Lo que me hace sentir bien, igual que pasar los viernes por la noche frente al televisor. La “excepción” es si tengo demasiado trabajo y me siento abrumad@. Anota las tuyas y llena ese tiempo libre con aquello que te brinde bienestar y alegría.

PON LOS LÍMITES EN SU LUGAR

Cuando sepas qué te hace sentir bien y mal, necesitas la disciplina para asegurarte de hacerlo: eso es poner límites. Estos son personales y probablemente relacionados con el tiempo, el espacio o las tareas. Pueden consistir en tener una zona de trabajo diferente de donde duermes, o en no trabajar los fines de semana. Tú sabrás mejor que yo lo que necesitas; la clave es ser estrict@ a la hora de aplicarlos.

COMBATE EL AUTOSABOTAJE

Quizá el 90% de las veces es fácil identificar inmediatamente cuándo caemos en tan terrible práctica: por ejemplo, reconocemos el necesario placer de un paseo, mas no lo hacemos. ¿Te autosaboteas o es lo que quieres? Dale chance al paseo y, si no te causa felicidad, tenías razón. Cuanto más definas qué significa el autocuidado, mejor entenderás si es un boicot o debes confiar en tus acertados instintos.

Working Hard, Hardly Working: How to Achieve More, Stress Less and Feel Fulfilled, de Grace Beverley.

Aprender qué actividades te recargan –te hacen sentir bien, tranquila y contenta–, es un proceso activo.