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Nuestra voz interior es la sanación

Decisiones radicales y cambio de vida en todos los aspectos.

Por MARCELA DE LOS RÍOS

en columnas anteriores, les he platicado que mi vida tomó un rumbo totalmente diferente cuando me divorcié hace 14 años, también fue motivo para cuestionarme muchas cosas acerca de mi pasado; creía que “algo” había hecho mal en mi rol de esposa. Tuve que transitar por una introspección necesaria para sanar y limpiar pensamientos, rencores, sentimientos… en mi vida; lidié con mi niña interior, recordé las manías de mi adolescencia y la irreverencia de mi adultez.

Fue un coctel de emociones que aclaré y perdoné poco a poco con el fin de avanzar. En ese proceso, me di cuenta de esa toxicidad de pensamientos que absorbemos de la vida y de que estos los definimos como totalmente ciertos solo porque así los aprendimos visual y energéticamente del entorno que experimentamos; así… sin más. Pero cuando descubrí la Terapia de Descodificación, fue liberador romper con las vasijas llenas de ideas que me habían mantenido en el absolutismo del deber ser.

En aquel cambio de vida de hace algunos años, hubo un detonante que me sacudió. Comencé a enfermar de varias cosas al mismo tiempo, entonces no sabía qué me pasaba, luego comprendí que estaba somatizando las emociones; yo me sentía fatal y no quería que nadie se diera cuenta, me tragaba la angustia y la frustración; me invadía la tristeza. Hasta que colapsé y en dos meses tuve tres intervenciones quirúrgicas (mi cuerpo sufría la presión emocional). En la última operación, al reaccionar de la anestesia, el doctor estaba a mi lado con una mirada que jamás olvidaré y me dijo que no podían despertarme a pesar de que mi estado era estable. “Marcela –me habló muy serio–, date cuenta del poder de la mente y las emociones, no querías regresar de la anestesia (mi depresión estuvo a punto de ser irreversible), reflexiona y bríndate la oportunidad de sanar lo que te ocurre”. Al día siguiente ya tenía cita con una maestra de medicina alópata; inicié mi nuevo camino. Desintoxiqué mis emociones, drené mi metabolismo tan olvidado (abandonado), curé mi alma, tomé decisiones asertivas gracias a la comunicación. Fue impactante saber que me estaba victimizando al grado de atentar contra mi salud; eso no me lo podía permitir.

Con los años, mi estilo de vida ha dejado de ser extremista; mantengo una dieta balanceada, nutrida a base de pensamientos optimistas, ejercicio, el trabajo que me apasiona, comunicación clara con mis hijas, mi

Las verdaderas guías son tu intuición y amor propio. círculo familiar y de amistades. Lo que pretendo transmitirte con este testimonio es que el poder está dentro de tus pensamientos y la actitud que tomes ante las situaciones; nunca es ni será necesario tocar fondo.

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2021-10-01T07:00:00.0000000Z

2021-10-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa