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Lencería &

Su mito publicitario

Por MARCELA DE LOS RÍOS

hagamos un ejercicio antes de leer este artículo. Respondamos: ¿Qué viene a nuestra mente cuando escuchamos “ropa interior”? El concepto nos habla de intimidad, palabra frecuentemente asociada a un tabú (con cierta lógica, pues no vamos a ir por la vida exponiendo lo más privado). Pero, ¿cuándo fue que esta se volvió algo prohibido? Se distorsionó la información hasta convertise en motivo de pena hablar de ropa interior, lo que debería ser tan casual como mencionar la ropa exterior; pero no nos detendremos en este dilema. Te pedí reflexionar sobre el concepto “ropa interior” porque de este se desata un gran mito en la publicidad y en nosotras mismas.

Para una gran mayoría de marcas, la ropa interior remite a siluetas delgadas, encajes, cosas sexies... y sí, puede ser, pero no es obligatorio ni necesario. Recordemos que, por los 90, diversas firmas reconocieron que las imágenes de mujeres seductoras con encajes rojos comenzaban su declive frente a la fuerza de las prendas con lycra reforzada que moldeaban la figura, logrando el efecto de cuerpo delgado (en realidad, producían una mala oxigenación que causaba hinchazón al final del día). Fue otro modo de convencer a las consumidoras aunque oprimieran el cuerpo hasta lograr una silueta irreal.

A lo largo de la historia, no han faltado las marcas que buscan estereotipar la ropa interior como algo solo para mujeres “perfectas”, tal cual lo ha hecho en los mensajes publicitarios Victoria’s Secret, desde sus inicios.

La verdad es que, con el paso del tiempo, estos discursos han retroalimentado el empoderamiento de las mujeres, mostrándonos tal como somos en la vida real, rompiendo con las falsas campañas publicitarias que durante años mantuvieron la imagen de la mujer “ideal” como aquella de cuerpo esbelto; generando que la mercadotecnia colocara este paradigma femenino como aspiracional y desatando una serie de consecuencias lamentables, desde afectaciones en la salud mental hasta trastornos de alimentación.

Sin duda, esta década será recordada por romper con clichés. Nos encontramos frente a un espectro valiosísimo de mujeres, hombres, andróginos, curvies y más figuras en campañas de publicidad como bandera de la diversidad humana, mostrando un mundo relax con personas reales; anunciando ropa interior con una sencilla selfie. Estas campañas dan la vuelta al mundo con el mensaje de ser uno mismo, aceptarnos y mostrarnos genuinos, sin miedo.

Vivimos un parteaguas en la historia de la publicidad que ha sido arrollada por las críticas debido a lo sucedido durante décadas alrededor de su idea de mujer perfecta. No más. Ahora todas somos un paradigma per se.

... las imágenes de mujeres seductoras con encajes rojos comenzaban su declive frente a la fuerza de las prendas con lycra reforzada... otro modo de convencer a las consumidoras aunque oprimieran el cuerpo hasta lograr una silueta irreal.

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2021-09-01T07:00:00.0000000Z

2021-09-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa