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La marca del patriarcado

Lo que fue, es y será… la imagen paterna en las familias.

Por MARCELA DE LOS RÍOS

en la actualidad, con la diversidad de familias que se han conformado (padres divorciados, mujeres a cargo de sus hijos, niños viviendo entre la casa materna y la paterna, papás solteros, etc.), ¿cómo vivimos este rol en pleno siglo XXI? Lo voy a transmitir de una manera que espero sea recibida con el mismo cariño con que la expreso. Papá y mamá, por naturaleza, son la base de una familia; cada uno impacta en nuestro crecimiento, llevamos su ADN y absorbemos desde pequeños la educación y el trato que nos dan. Ambos son igualmente importantes, no es uno más valioso que el otro; de hecho, nosotros somos quienes –a través de los años– les damos un valor y emitimos un juicio de ellos (aunque cabría recordar que, de la misma manera, algún día seremos enjuiciados por nuestros hijos).

Vivimos una época en la que, como papás, abrimos brechas diferentes. Ya nos hemos liberado de la idea de que solo existe un camino para ejercer la paternidad o la maternidad: el de la familia patriarcal (esa es una creencia que cada vez más se queda en el pasado). Ahora, son mamá y papá “los jefes de la familia”. Y creo que algo en esto permanecerá y evolucionará, así pasen generaciones tras generaciones: la Responsabilidad Emocional que ambos tienen de sus hijos por el simple hecho de que nosotros –sus padres– decidimos traerlos al mundo.

Ya no cabe que, al crecer, nuestros hijos hablen de la huella de abandono, maltrato verbal o físico, de un padre sin control sobre el alcohol, la ira o los celos… Hoy tenemos variedad de recursos para darles una educación sana desde chicos, como inteligencia emocional, una comunicación mucho más abierta de los adultos hacia los niños, espacios donde ellos pueden dar su opinión, expresarse, tener la libertad que a todos nosotros nos hubiera gustado en vez del deber ser impuesto. Tenemos mucho bagaje para replantear la paternidad y la maternidad. En un mundo donde una pandemia nos ha traído grandes lecciones de vida, el feminismo ha levantado la voz más fuerte que nunca, la igualdad de género se hace notar más cada día; lo que nos queda es que si decidimos ser padres, también decidamos –entre los dos– llenar la vida de los hijos de certidumbre, claridad y voz.

Ya no hay justificación para ningún adulto de no aprender a conocerse y a superar sus traumas del pasado; de no transmutar lo asimilado en el régimen patriarcal ni sus acciones por “repetición”; hoy ya no. Hay un sinfín de información a nuestro alcance para ser mejores personas y padres, juntos. Ahora, esta figura del papá tradicional se está diluyendo para dar paso a una parentalidad equitativa.

Nuestros hijos no son el futuro, sino el presente; es ahí donde integran lo aprendido.

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2021-06-01T07:00:00.0000000Z

2021-06-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa