“¿Y cómo iba a quererte?

Si toda mi vida sufrí por ti. Por cómo eras. Cuando quería salir de fiesta a escondidas, ahí estabas. Moría por gustarle a Rafa, pero hasta eso tenías que arruinar. Hice de todo para que él no te viera. Y tú, más que nadie, sabías lo mucho que me gustaba. Fue muy cansado, ¿sabes? Estar siempre ocultándote. Intentando ser diferente. Me acuerdo que pensaba: ¿Por qué a mí?, ¿por qué no puedo ser como las demás? Quería volverme invisible, pero tú te negabas. Tú hacías que todos me voltearan a ver. Fue muy difícil. Y nadie mejor que tú lo sabe. Pero un buen día decidí entenderme y empezamos a llevarnos mejor: a aceptar quién éramos. Nos hicimos más fuertes. Ahora entiendo que te debo una disculpa. Te quedaste ahí, conmigo. Crecimos juntos. Me llevaste a todas partes, hiciste lo que yo quise. Hasta que me di cuenta que no importaba lo que hiciera, tú me hacías sobresalir en todo, haciéndome sentir única”. TU CUERPO NUNCA TE ABANDONA. POR ESO, CUÍDALO COMO SE MERECE.