LORD ACCIDENTADO

Yo tengo un sueño muy pesado. Nunca he podido levantarme temprano y mucho menos en la madrugada, pero hace un par de semanas fue la excepción.

Recibí una llamada a mi celular a eso de las 2:00 am y –afortunadamente– pude contestar. El nombre que aparecía en mi teléfono era el de mi novio, quien hacía unas horas me había dejado en mi casa e iba de vuelta a la suya; sin embargo, la voz era de otra persona. Un hombre me informó que había ocurrido un accidente automovilístico y mi novio estaba herido, pero bien. Casi infartada llegué al lugar y mientras lo subían a la ambulancia, me aseguré de recolectar todas sus pertenencias, entre ellas, su celular; logré encenderlo para llamar a sus padres y vaya amarga noticia: el hombre no venía de mi casa; pasó a visitar a una muchachita y había chocado después. Ese día se quedó sin auto ni novia. El karma es un platillo que se sirve frío.