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EL EMPODERAMIENTO FEMENINO ANTE LA LEY SÁLICA

Parece que al fin, la nueva generación de futuras reinas recogerán los frutos del esfuerzo de tantas otras, en la lucha por conseguir los mismos derechos que los hombres, al frente de las instituciones monárquicas.

Por Erika Roa Torres

Existe un gran debate sobre los orígenes de la ley sálica, aunque la mayoría de las investigaciones apuntan a que surgió en la Alta Edad Media (siglo V) bajo el mandato de Clodoveo I, monarca de los francos salios, de ahí su nombre. A pesar de que esta ley tuvo sus inicios en el reino de Francia ya unificado, posteriormente se extendió a todos los reinos de Europa.

Mediante ella, se trataba de regular los diversos conflictos que surgían en temas de herencias, homicidios y robos, aunque estaba más vinculada al patrimonio de la tierra.

Al final, la ley sálica derivó en un principio sobre el orden sucesorio en la corona, donde se excluía a la mujer de ocupar el trono, principalmente porque la iglesia la señalaba como responsable del pecado original y, la segunda, porque se les consideraba débil e inferior. Asimismo, se pensaba que, en realidad, nunca se podía comprobar que los hijos de las princesas fueran hijos de sus esposos, por lo que se prefirió excluirlas de su derecho al trono.

Y SE ALZÓ LA VOZ FEMENINA

Con el paso de los siglos y frente a algunos casos críticos en el orden sucesorio en diferentes casas reales, esta ley fue cediendo cada vez más, hasta que las mujeres fueron ganando terreno, haciéndose escuchar y dándose a respetar, demostrando que son igual de capaces que los hombres. Las reformas constitucionales en los últimos 60 años han sido constantes e importantes en materia de igualdad de género en toda Europa, por ejemplo, en 1980 el parlamento sueco modificó la ley de 1818, para que las mujeres estuvieran en la misma condición de reinar; en 1983 la máxima legislación de los Países Bajos estableció la igualdad de sexos en la orden de sucesión; lo mismo pasó en 1990 en la casa real de Noruega, en 1991 en Bélgica y en 2005 en Dinamarca. Sin embargo, en las monarquías de España, Inglaterra y el principado de Mónaco aunque la ley sálica ya no rige en un sentido estricto pues las mujeres sí pueden reinar, se continúa dando preferencia al varón por primogenitura. Gracias a mujeres como la reina Victoria e Isabel II del Reino Unido, Beatriz de Holanda o Margarita de Dinamarca, quienes han ejercido un papel impecable como soberanas, es que hoy ya hay cinco jóvenes herederas esperando su turno para ocupar el trono, Victoria de Suecia, Elisabeth de Bélgica, Ingrid de Noruega, Amalia de Holanda y Leonor de España. Quiere decir que, en unos años, las casas reales de Europa estarán bajo el mando de mujeres con excepción de la danesa que sí tiene un heredero varón, el príncipe Cristian, primogénito del actual príncipe heredero Federico y su esposa, la princesa Mary.

EL MACHISMO EN SUECIA PERSISTE

Cuando nació la princesa Victoria de Suecia, el 14 de julio de 1977, primogénita de los reyes Carlos Gustavo y Silvia, fue toda

una decepción para el monarca debido a que esperaba un varón. Aunado a ello, el hecho de que los doctores le confirmaran a Silvia que no podría tener más hijos, supuso una fuerte preocupación para la pareja. Por tal razón, el parlamento sueco, inmediatamente, se dio a la tarea de abolir la ley sálica para que Victoria pudiera convertirse en reina. Entonces, sorpresivamente, Silvia quedó embarazada por segunda ocasión y dio a luz al príncipe Carlos Felipe. El rey no cabía de felicidad y lo nombró su heredero, título que recayó en él por solo dos años, debido a que esta ley se aplicó de manera retroactiva, quedando al final Victoria como heredera al trono en 1979.

El soberano lleva años pelando que dejen a su hijo para sucederlo. Todavía, en enero pasado, cuando iniciaron los festejos por sus 50 años en el trono, se atrevió a decir en la televisión pública SVT, que el hecho de abolir la ley sálica fue un “error” y una “injusticia” con su hijo. “Tener leyes que funcionan de forma retroactiva no es muy inteligente, lo sigo pensando. Mi hijo, el príncipe Carlos Felipe ya había nacido y, de repente, hay un cambio que lo dejó sin nada. Es bastante extraño”. Las críticas de la opinión pública no se hicieron esperar, se le acusó de machista y anticuado. Por supuesto, fue un duro golpe para Victoria, que por respeto a su padre guardó silencio. Fue tal el revuelo y la indignación en muchos sectores en Suecia, que la casa real se vio obligada a emitir un comunicado donde el soberano aclaró el asunto. “Me ha dolido mucho cuando he visto los comentarios que insinúan que no apoyo a mi hija, la princesa Victoria, como heredera al trono… Una heredera al trono es para mí una obviedad. La princesa heredera es mi sucesora. Es un activo extraordinario para mí, mi familia y nuestro país. Estoy orgulloso de ella y su incansable trabajo para Suecia”. Por más que intentó justificarse, el daño ya estaba hecho, dados los sucesos previos.

Les guste o no, ya es un hecho que la mujer ha ganado su lugar en la historia de las casas reales en Europa. Por si fuera poco, prometen revolucionar las anticuadas normas que las rigen, modernizando una institución a veces tan cuestionada como lo es la monarquía.

Realeza

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2023-03-01T08:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa