PERLAS EN EL MAR

Las ostras además de conectarse con experiencias gastronómicas premium, se reservan para grandes ocasiones e importantes banquetes y son capaces de producir perlas en el transcurso del tiempo a partir de partículas de arena que se sedimentan en sus conchas.

Las ostras son un alimento inspirador, de lujo, voluptuosas y exquisitas, también son organismos filtradores que succionan el agua, se alimentan de algas y materia orgánica flotante, cada una puede llegar a filtrar hasta cinco litros de agua por hora, su cuerpo se protege – como un tesoro– por dos duras piezas que su forma y textura le añaden gusto y consistencia. Cada una de las variedades de estos moluscos tiene un aspecto y sabor único que las hace diferente.

Como todo ser vivo, dispone de género que pueden cambiar a lo largo de su vida en una o más ocasiones, aunque no es posible basarse únicamente en el aspecto de su concha para diferenciarlos.

Son un alimento de gusto adquirido, ya que se necesita algún entrenamiento previo para ser apreciado, desde el punto de vista nutritivo son ricas en zinc, vitamina b, calcio, cobre y selenio, son importantes en la prevención de la osteoporosis, altas en hierro, participan también como un aporte energético y de ácidos grasos omega 3, no obstante, también presentan colesterol por lo que su consumo debe ser de manera equilibrada y dentro de una dieta variada.

Su degustación se practica desde épocas milenarias en todas las culturas cercanas al mar y podemos pensar que fueron una relevante fuente de ingresos económicos. Sin embargo, es muy posible que la sobrepesca y contaminación sean los motivos importantes por los cuales han disminuido en todo el mundo.

Las ostras disponen de una gran variedad y matices de sabor característicos de su lugar de cultivo que las hace inigualables y distinguidas. Bien se ha dicho que los vinos poseen el “Terroir” y que las ostras tienen su “Merroir” sabor que las resalta por la marea, las notas de la tierra, la dulzura o salinidad de las aguas llenas de minerales donde crecen.

Este glamuroso super food se puede degustar y cocinar de mil formas. Desde comerlas crudas y frescas con un twist de limón o ingredientes suntuosos y elegantes como caviar y trufas. En realidad la creatividad de cada chef puede llevar a la gloria a este delicioso producto, por ejemplo, maridarlas con vinos y champagnes con los que combinan a la perfección, tales como, Suavignon Blanc o un espumoso, sin dejar de lado la exitosa combinación de mezcal mexicano.

El mejor momento para consumirlas es el otoño, pues tras el verano se encuentran más jugosas.

EL TIEMPO ENTRE SABORES

La ostra kumamoto es uno de los productos más reconocidos en el mercado mundial, se distingue por su calidad y exquisitez de sabor en la cocina asiática.

Shigoku, una ostra que crece en el vaivén de las olas, al madurar adquiere una forma de taza lo que la hace voluptuosa y deliciosa. Es una ostra carnosa que proporciona un sabor intenso a mar con un acabado afrutado dulce a la vez, posee una textura firme y regordeta que la hace irresistible.

Fat Bastard es una ostra que crece en la zona con más bravura de las olas logrando desarrollarse mucho más y obtener mayor cremosidad gracias a las bajas temperaturas. Dispone de un sabor acentuado a mar con un toque de espárragos y pepino y un final dulce-salado exquisito. Su carne es firme y crujiente a la vez. Giga, comúnmente llamada ostión, es un producto con un dejo significativo a mar con notas de algas y pepino con un final dulce-salado placentero. Su carne es firme y crujiente también.