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EL GRAN ENGAÑO

Por Alberto Ortega Gurza

Desde joven, Fidel Castro conoció el enorme poder que tiene la palabra y lo utilizó para materializar su mayor ambición. Mediante discursos les dijo a los cubanos lo que querían escuchar, prometió darles lo que anhelaban tener y fingió solidaridad con sus problemas y necesidades. De esa manera, a base de mentiras se convirtió en su líder y logró instaurar la dictadura que ya lleva más de 60 años oprimiendo al pueblo cubano.

En una manifestación inédita, miles de cubanos salieron a las calles para expresar su desesperación suplicando ayuda. Echaremos un vistazo por el espejo retrovisor para conocer de qué manera llegó Cuba a la pesadilla que lo abruma. A lo largo de 60 años el gobierno ha logrado mantener a la gente callada a través de una maquinaria de mecanismos sicológicos, sociológicos, políticos y policiales. Pero en la segunda semana de julio, sorpresivamente, la humillación y el resentimiento combinados con desesperación acentuada por la pandemia y el deterioro de la situación económica, provocaron que miles de personas salieran a las calles para levantar la voz exigiendo que se les devuelva el tesoro más preciado y trascendental al que tiene derecho todo ser humano y que desde hace mucho les fue arrebatado: la libertad.

Entretanto, en Miami, una enorme multitud de inmigrantes cubanos se congregó para solidarizarse con los cubanos de la isla, coreando las frases: “¡Cuba libre!” y “¡Abajo el comunismo!”

Otros muchos se reunieron en Washington frente a la Casa Blanca y afuera de la embajada de Cuba. El apoyo se dio también en la Ciudad de México, Panamá, Ottawa, Madrid, Londres, Santiago de Chile y otras partes del mundo.

Como era de esperarse, la manifestación pacífica en Cuba fue frenada mediante acciones de choque policial que resultó en maltrato de ciudadanos y más de 500 arrestos.

GLORIA ESTEFAN

La cantante nacida en La Habana y nacionalizada estadounidense que ha vendido más de cien millones de discos, fue entrevistada por CNN. “Llevo décadas hablándoles a todos los que han querido escucharme: jefes de gobierno, presidentes, reyes y dos papas, para explicarles que lo que ha ocurrido en Cuba desde que Fidel Castro asumió el poder es algo que nadie que lo v ea desde fuera se puede siquiera imaginar”, expresó agobiada.

Francisco Suárez, de ascendencia cubana, dijo que sus paisanos se están muriendo de hambre y necesitan medicinas. Formando parte de una manifestación en Miami les dijo a los presentes: “Sesenta años de comunismo y crueldad ya no pueden continuar”.

Demandó intervención militar de Estados Unidos para proteger al pueblo cubano. “Es urgente que EUA tome cartas en el asunto porque, de lo contrario, el pueblo cubano continuará oprimido y sin esperanza de libertad”.

FALSO MESÍAS

Con el apoyo de su hermano Raúl Castro, el Che Guevara y otros guerrilleros socialistas, Fidel Castro encabezó la Revolución castrista para derrocar la dictadura de Batista.

Utilizando el poder del lenguaje como principal herramienta de persuasión, Castro solía proferir discursos de varias horas en mítines multitudinarios. El término que más repetía era “democracia”.

A través de sus palabras logró configurar la mentalidad de las personas y condicionar su comportamiento.

Al iniciar la Revolución castrista mucha gente lo vio como un mesías y como ofreció que “juntos” iban a buscar la democracia, la gente, engañada, creyó que su discurso en ese sentido era legítimo. Aseguró que convocaría a elecciones democráticas para que conquistaran un futuro pletórico de bienestar y oportunidades.

Con su retórica y un tono de voz seductor transmitía información falsa y datos amañados, con lo cual logró el apoyo de la gente que se adhirió incondicionalmente a su movimiento. La mayoría de los cubanos lo seguía sin sospechar que tenía la firme intención de instaurar un régimen totalitario y que lo que menos le interesaba era el bienestar del pueblo.

SE QUITA LA MÁSCARA

Cuando Castro entró triunfante en La Habana tras derrocar a Batista, inmediatamente instauró el régimen totalitario. Todo fue un gran engaño porque era un dictador disfrazado de demócrata, un lobo disfrazado de oveja. El pueblo se convirtió en rehén del sistema comunista porque Castro lo utilizaba para justificar todas sus acciones. Enseguida sustituyó el vínculo con Estados Unidos, su aliado tradicional, por una relación con la entonces Unión Soviética que lo apoyó con fuertes cantidades de dinero y un inmenso equipo de expertos promotores del comunismo, que incluía a técnicos, sociólogos, comunicólogos y mercadólogos.

Apenas a un año de que Castro asumiera el poder ya había una enemistad declarada entre su gobierno y el de EUA; y un año después, en 1961, se rompieron las relaciones diplomáticas entre ambos países. Cuba se convirtió en un impetuoso promotor del comunismo de la hoy extinta Unión Soviética, principalmente en países del Caribe y América Central.

Disclosure

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2021-09-01T07:00:00.0000000Z

2021-09-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa