Los memes de Thalía

¿ERES BARCO COMO MAMÁ?

Barco en el sentido de que soy mamá traviesa y que puedo hacer travesuras con ellos. Vamos por el helado y me gusta que esté desbordado de gomitas y chocolate. Soy barco en ese aspecto, y en el que nos avetamos a la alberca con ropa y me vale. Fomentádoles ese lado de que no tengan miedo a la aventura.

En cuanto a la educación sí soy mucho más rígida y también en el deporte. A mis hijos no les gustan los deportes, les gusta todo lo que es digital, todo lo que es creativo y lo que es artístico. El reto para mí es salir y hacer algo de deporte como patinar, jugar tenis o algo que los mueva.

¿LES VES FUTURO EN EL MUNDO DEL ENTRETENIMIENTO?

Les choca, es algo que no les gusta para nada. Ellos no están enamorados ni contagiados de lo que hace mamá o papá en el trabajo. No quieren ser cantantes, no les interesa, pero aman la música y aman descubrir nuevos cantantes, nuevos estilos musicales y comentan mucho acerca de la producción. Son más digitales y artistas creativos de animación. Son de estar atrás de las cámaras.

Y TU ESPOSO, TOMMY, ¿CÓMO ES CON TUS HIJOS?

Tommy es lo máximo, es el mejor hombre que he tenido la fortuna de conocer. Es un hombre amoroso, divertido, muy comprometido conmigo, con lo nuestro y con nuestros hijos. Tommy es de los papás preocupones, si se está subiendo Mateo al scooter dice: “Te vas a caer. Cuidado”. Yo soy la que relaja el asunto.

Y TÚ, ¿CÓMO ERAS DE NOVIA Y CÓMO ERES DE ESPOSA?

Ya ni me acuerdo la lista de novios (risas). Siempre he sido muy detallista, entonces me he inventado cosas que han demostrado mis emociones, o cartitas escondidas o citas en papelitos que de pronto se encuentran en el bolsillo. Cuando mis hijos nos preguntan que cómo nos conocimos Tommy y yo, les contamos que fue un blind date, y ahí nos flechamos, pero yo tenía que regresar a México a grabar la novela de Rosalinda y la única forma que teníamos para comunicarnos era que cada noche nos hablábamos por teléfono, nos escribíamos cartas y nos mandábamos fotografías. Era la época de que nos escribíamos cartas de amor kilométricas y era muy romántico. Siempre como novia he sido muy detallista y como esposa he tratado de que ese romanticismo y ese momento entre nosotros no se quede en segundo término.

¿CÓMO ES TU RUTINA DIARIA?

Me gusta levantarme temprano, desayuno y empiezo a checar todos los correos del trabajo, hago llamadas y disfruto hacer mi rutina de ejercicio lo más temprano que se pueda, porque después de la una de la tarde ya no la puedo hacer. Entonces, en la mañana voy al gym. Siempre estoy aterrizando proyectos y estoy muy activa.

¿QUÉ EXTRAÑAS DE MÉXICO?

Lo que más extraño es la comida, porque lo más delicioso es comer algo que está hecho con las manos de los mexicanos, con la sonrisa con la que te comparten y transmiten tantas cosas. No hay como estar en casa, como escuchar un buen mariachi o irse a una buena playita. Siempre que voy lo hago de incógnito a lugares muy puntales.

¿QUÉ TE FALTA POR LOGRAR?

A veces me falta tiempo en el día. Por mí estaría con una back pack en plena aventura viajando por todos lados. Lo que falta es que se acomode todo este bache que estamos viviendo con la pandemia, para seguir conociendo el mundo y buscando esas experiencias que me siguen llenando de vida para poder componer e inspirarme.

TE MOLESTA SI ALGUIEN DICE: “THALÍA ES UNA CINCUENTONA”

No, para nada me molesta que me digan cincuentona, porque llevo años que no vivo mi vida en números. Hace tiempo que ni siquiera me peso, por ejemplo. No me interesa el vivir en eso, y siento que cada quien habla por su propia experiencia o por su propia noción, pero en mi caso estoy feliz de encontrarme en esta etapa de mi vida con tanta alegría, con salud, con los míos, haciendo lo que amo que es entretener a mi gente, ya sea a través de la música o de la actuación cuando regrese a hacer algo. Y siento que hacer lo que te gusta te recarga de anhelos y de nuevos sueños.

¿TE ARREPIENTES DE ALGO EN TU VIDA?

No me arrepiento de nada, porque todo, aun lo más absurdo o lo que me hizo llorar, o lo que me rompió el corazón en mil pedazos o lo que me dificultó el camino, aún con todo eso, me levanté, me reconstruí y me dediqué a perfeccionarme y a conocerme mejor. No me arrepiento absolutamente de nada en mi vida.