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UNA VIDA LLENA DE SABORES Y TRABAJO

Por Cecilia Morales Andere Fotos Einar González y Cortesía Montaje de mesa Cortesía Felipe Peralta Maquillaje y Peinado Cortesía Gerardo Buzzó

A Susana Palazuelos se le conoce por su talento y sazón en la comida que han acompañado a miles de enlaces matrimoniales y recepciones en las mesas más prestigiosas. Sus menús alcanzan a paladares como los de la reina Isabel II, reconocidos actores, cantantes y casas reales de diversos países.

Es imposible hablar de Susana sin mencionar a Acapulco, o Acapulco sin mencionar a Susana, van tan de la mano como la sal y la pimienta en cada una de sus preparaciones. Todos hemos asistido al menos a unas cuantas bodas en las que el mar es la escenografía, los novios el festejo y Palazuelos la mano, los ojos y la coordinación detrás de estos excepcionales eventos.

¿Cuál es su historia?, ¿cómo empezó?, ¿qué la posiciona en las más altas esferas gastronómicas?

Con certeza, podemos afirmar que sus recetas son inigualables, pero ella siempre va más allá, considera los más mínimos detalles. Coloca – en cada evento que organiza– el nombre de México en lo más elevado, y es acreedora a más de 50 reconocimientos y 11 medallas a nivel mundial, entre otros galardones.

En esta ocasión, entrevistamos a Susana, la impecable chef, empresaria, esposa, mamá, cariñosa abuela – de nueve nietos– y filántropa. En su casa de Acapulco nos recibió, como ella siempre lo hace, perfectamente arreglada, con una majestuosa mesa que parecía haber transportado desde la Costa Amalfi hasta la terraza de Villa Susana, con vista a La Roqueta y al atardecer del océano Pacífico.

Su historia comienza en la cocina de su casa, con la comida de su mamá y abuelas.

LOS ESTUDIOS EN EL EXTRANJERO

En la adolescencia, Susana estudió en Estados Unidos, después pasó unos años en Suiza y ahí descubrió nuevos sabores en la comida suiza, alemana, italiana y francesa. “Fue entonces que un día dije, ‘ok, estaría muy bien combinar esos sabores con los que tengo en casa’”.

Al regresar de Europa consiguió trabajo de asistente de Teddy Stauffer en el hotel Villa Vera en su ciudad, ahí se encontraba todo el jet set de la época; más adelante y con la experiencia que adquirió, fungió como directora de relaciones públicas del hotel Hilton y se posicionó como la ejecutiva más joven de América Latina.

BODA Y MORTAJA DEL CIELO BAJA

Conoció a Mario Wichtendahl en Acapulco, un hombre guapo, rubio y de ojos claros, de as cendencia serbia y alemana. Con él se casó y se mudó a Puebla, pues el trabajo de su esposo estaba en una armadora de coches, sin embargo, Susana no tenía nada que hacer, se aburría y los sueldos que en ese entonces pagaban eran sumamente bajos. Ella recorría el mercado en Puebla y veía cómo preparaban el pipián y junto a las recetas de sus tías y abuelas comenzó a perfeccionar las salsas, el mole, las jaibas gratinadas y así comenzó a hacer su propio recetario, con recetas legendarias de la familia Leycegui Bassols, de los Cummings y Rosenz Bauer, quienes llegaron con Maximiliano, así se hizo un mestizaje entre la comida francesa, veracruzana, poblana y guanajuatense.

Al poco tiempo nació su primera hija, Carla, una niña que llamaba la atención por su hermosura, “siempre me decían, ‘ahí viene la mamá de la niña bonita’, a ella le comenzaron a decir Boni y así se le quedó”. A los pocos años nació Lalo, su segundo hijo, quien hoy día sigue sus pasos y se dedica a la gastronomía con marcas como Mar del Zur, Zibu y Mario Canario, así como a los banquetes privados.

“Hice la cena de la reina Isabel –así lo quiso el presidente Miguel de la Madrid– en el fuerte de San Diego, el banquete tuvo un éxito tal, que el embajador me dijo que era lo mejor que se había servido a la reina en sus dos visitas a México. Le dimos picaditas, quesadillas de queso, tacos de pollo con guacamole, sopa de flor de calabaza y una langosta - con mayonesa de aceitunas-, huevo relleno de caviar, tomate con ensalada rusa y, de la sierra, unas piñas con sorbete con Grand Marnier, la piña es un lujo en Inglaterra”.

CAMBIOS Y MÁS CAMBIOS

A los cuatro años de casada y viviendo en Puebla, fallece su padre, Susana era la albacea de la familia Palazuelos Rosenzweig y en ese entonces por una huelga

Mario queda sin trabajo y ella le insiste en regresar a Acapulco. Wichtendahl, al no ser hotelero tuvo serios problemas para conseguir empleo.

El primer negocio de Susana Palazuelos fue Susy’s Delicatessen, con salchichonería alemana, embutidos, pastas y salsas de primera calidad, “sin embargo, la gente de aquí no sabe comer eso y los americanos tampoco”. Al ver que su idea no prosperaba tomó un curso de mind control. “Todas las noches hacía visualizaciones y preguntaba qué tengo que hacer para ganar tanto dinero, porque mis hijos no van a ir a una escuela de gobierno, se van a educar igual que yo”, afirma Susana. Al poco tiempo mientras realizaba estos ejercicios vio un flashazo de luz que decía “catering”.

Pocos días después recibió una invitación de Sloane Simpson, mujer conocida en aquel mundo glamuroso y ex esposa del alcalde O’Dwyer, embajador de Estados Unidos en México, para cenar en su casa junto al barón Jul Bryner y Carlos Romero. En menos de 24 horas recibió la llamada de la chef para pedirle que le preparara los canapés para la apertura de su nuevo restaurante. “Con las recetas de mi mamá hice una lista y me fui al mercado, compré todo, cociné, decoré las charolas y salía con las personas para ver cómo estaban. Todo el jet set estaba en esa fiesta”. Gracias a esa cena, las personas la empezaron a buscar, y así, poco a poco, comenzó el éxito de su empresa.

Algunos de sus clientes en ese tiempo fueron Henry Kissinger, Yul Brinner, Michael Douglas, Frank Sinatra y toda la gente que tenía sus casas en Las Brisas.

Al poco tiempo llegó desde Nueva York, Dick Purdy, un decorador con el cual empezó a trabajar y a introducir arreglos florales novedosos, altos e iluminados como no se habían visto antes.

LA FAMILIA: SU MAYOR EMPRESA

El reto más grande para Susana fue compaginar la carrera de hacer banquetes con el hecho de tener una familia y un esposo solidario. “Mi secreto es ser siempre amiga de mis hijos, escucharlos, estar a su lado, y por eso compré un lugar que se llama Tres Fuentes”. Desde ahí trabajaba arduamente largas jornadas con la tranquilidad de que sus hijos estaban ahí. “Un día, Mario me dijo, ‘tú eres feliz, yo soy feliz, nada más no descuides a la familia’. Eso nunca pasó, pues ellos han sido y serán siempre mi prioridad, todos somos muy unidos”.

LA FILANTROPÍA EN SU DIARIO VIVIR

“Viví en un lugar en el que a los niños los tiraban a la basura, mi mamá cuidaba de ellos, los llevaba al pediatra, les daba suero y con el paso de los años fueron más de 50 pequeños”.

Con este ejemplo, desde muy niña jugaba a darle clases de lectura a sus muñecas; un día, una persona del servicio en su casa le pidió que les diera clases a sus hijos, y así inició con dos niñas una escuela. A los 11 años tenía 60 estudiantes. “Yo nunca tuve tiempo de ir a fiestas de cumpleaños, siempre estaba trabajando”.

Hoy día se sostiene como delegada de la Cruz Roja –desde hace dos décadas–, así como presidenta de la misma en Guerrero, ayuda a niños ciegos y provee sillas de ruedas. En sus planes futuros está dar clases de cocina para que la gente pueda conseguir empleo en los departamentos y hoteles de la ciudad.

DIVERSOS PROYECTOS

Susana fundó el Círculo Culinario junto con Alicia D’Angeli, Patricia Quintana, Martha Chapa y Maria Orsini, “éramos como diez, para rescatar recetas, nos juntábamos una vez al mes en casa de alguien para escribir libros de cocina”.

Así es como lanza México The Beautiful Cookbook que dispone de cinco estrellas en Amazon, ventas de 800 mil ejemplares y traducciones a siete idiomas.

A sus 77 años Susana Palazuelos realiza apasionadamente su trabajo, quiere caminar en la playa por las mañanas y escribir la historia de su vida. “Me gustaría dejar un legado para transmitirles a las personas que lo importante no es tener fama, ni dinero; es crecer internamente y vivir en paz. La gente me pregunta de dónde saco tanta energía, pues no me contaminó con nada, vivo en contacto con la naturaleza, con Dios. Sé que no soy un costal de carne y hueso, soy la luz de Dios que está dentro de mí y con eso se me abren todas las puertas”.

“Mi secreto es ser siempre amiga de mis hijos, escucharlos y estar a su lado”.

Personalidades

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2021-09-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa