RENÉ STRICKLER

Sus inicios lo llevaron por el camino del modelaje y la conducción, pero su gran delirio siempre ha sido la actuación. Hoy, más de tres décadas después de su llegada a México, el originario de Argentina y naturalizado mexicano, se muestra agradecido por la vida y carrera que aquí ha formado.

¿CÓMO Y CUÁNDO FUE TU LLEGADA A MÉXICO?

Llegué en enero de 1987 para trabajar como modelo. Para entonces ya había hecho pocas cosas en el terreno de la actuación en Argentina, pero mi plan en México era el de modelar.

¿QUÉ FUE LO QUE TE GUSTÓ DE MÉXICO?

Siempre me llamó la atención México y su historia, y ni hablar de las playas (risas). Siempre he dicho que México es mágico, tiene todo lo que quisiera tener cualquier país. Además, el calor, el amor y el cariño de la gente es único. La gente aquí te recibe con los brazos abiertos.

¿CÓMO FUERON TUS INICIOS EN MÉXICO?

Empecé a estudiar Actuación con Sergio Jiménez y Adriana Barraza en un taller que había en Televisa, para quienes no podíamos estar todo el día y teníamos que trabajar, entonces íbamos en las tardes. Ahí comencé a hacer pruebas y castings. Finalmente quedé en un canal de ventas. Televisa me había contratado para CVC, que se transmitía en vivo desde las instalaciones de Tijuana, mi jefa era Talina Fernández. Así, inicié en la conducción antes de actuar.

¿CUÁLES FUERON TUS PRIMERAS OPORTUNIDADES COMO ACTOR?

Mi primera oportunidad me la dio Florinda Meza con Alguna vez tendremos alas (1997), telenovela protagonizada por Kate del Castillo y Humberto Zurita. Era un papel muy importante, yo me enamoraba de la protagonista y mi novia en la trama era Eugenia Cauduro, que también era su primera novela, después de ser la imagen del Canal de las Estrellas.

Luego, Angelli Nesma me da la oportunidad de protagonizar mi primera teleserie en Sin ti (1997), junto a Gaby Rivero y Adamari López. Más tarde hice junto a Carla Estrada, El privilegio de amar (1998), que es considerada una de las novelas más exitosas.

¿CÓMO VEÍAS A MÉXICO EN EL TERRENO DEL ENTRETENIMIENTO?

Para mí, México fue y es el Hollywood latino. Es un monstruo del entretenimiento, por ello es que le tengo un gran respeto y admiración al negocio y al mercado que existe en este país.

Yo me siento muy afortunado y agradecido de que me hayan recibido y me hayan abierto las puertas de los hogares para acompañarlos.

¿CÓMO HA CAMBIADO LA INDUSTRIA DEL ENTRETENIMIENTO DESDE TU LLEGADA A MÉXICO?

Las cosas han cambiado con las redes sociales. Hoy día tiene más seguidores un influencer que un actor con una gran trayectoria. Las reglas se transformaron, es decir, el gusto cambió, la gente quiere ver más series u otros contenidos, aunque todavía hay un porcentaje muy grande de la población latina o mundial que les gusta ver las telenovelas. Hay mercado para todo, pero para mí, Televisa sigue produciendo series muy buenas y es muy difícil que otro país lo iguale.

¿QUÉ LE AGRADECES A MÉXICO?

Tengo que agradecerle todo. México me regaló lo más importante en mi vida que son mis hijos. También le agradezco el cariño y el afecto de tanta gente.