Ximena Lamadrid

Quizá sea su interpretación en Bardo la que más reconocimiento le ha dado, misma que Ximena considera como un parteaguas en su carrera: “El papel de Camila me abrió puertas, me permitió viajar a muchos lugares”, me cuenta. Pero antes de todo ello y de siquiera decidirse a una carrera como actriz, Ximena creció en Dubái, también nos platicó un poco sobre su vida allá.

¿Cómo fue tu infancia en Dubái?

Nos mudamos cuando yo tenía dos meses, así que no tuve tiempo de vivir en México. Fue padre porque fui creciendo con la ciudad: cuando llegamos, era un desierto básicamente, no había casi edificios. Con mis papás siempre hablé en español, pero cuando entré a la escuela, todo era en inglés. Lo interesante de las escuelas allá es que apoyan mucho el arte, la actuación, música, los deportes… además, nunca hubo bullying hacia alguien que fuera inteligente o artístico. Éramos de todas partes del mundo, nos gustaban muchas cosas distintas y todo era bienvenido; eso estuvo muy bueno y nos daba mucha seguridad como niños, lo cual me parece muy importante a esa edad. Mis papás también me dieron la seguridad y me apoyaron muchísimo en todo lo que quería hacer. Si deseaba montar a caballo, empezar a tocar el piano o nadar, pues ellos siempre me apoyaron. Ya en 2010 o 2011 salían cosas muy nuevas, como centros comerciales gigantes o lugares para esquiar, y también teníamos la playa y muchas partes más, entonces no fue aburrido vivir en Dubái.

Te llevaron recién nacida, ¿cómo fue tu acercamiento con México y su cultura?

Al menos una vez al año veníamos, los meses de verano son demasiado calurosos en Dubái, así que regresábamos para ver a la familia. Nos íbamos a Valle de Bravo, donde creció mi mamá, y nos quedábamos uno o dos meses. A veces también viajábamos a Cancún.

¿Cómo te sientes ahora que ya vives aquí?

Cada cambio trae un shock cultural, pero pude finalmente conectar con mis raíces. Esta parte estuvopadre, porque no hablaba tan bien el español y todavía no había comenzado mi carrera como actriz de manera profesional. Entonces conocí a un manager, empecé a hacer castings, ver series y películas mexicanas, conocí a mi pareja, que es mexicano, y así fueron cambiando creencias mías, con las que logré evolucionar como mujer, artista y mexicana. Creo que eso tuvo un impacto muy positivo.

Me contabas que de niña eras penosa, ¿cómo evolucionó eso para ser actriz?

Creo que poco a poco fui liberándome de ella, y también de la ansiedad. A los cinco años me quedé como protagonista en una obra de teatro y me puse tan nerviosa que me quitaron el papel, y me quedé como extra. Siempre me arrepentí. Después de eso, decidí que la próxima oportunidad la tomaría y fui, poco a poco, buscando esa confianza en mí misma. Otra cosa que me ayudó fue que a los 11 años me rapé y eso me dio muchísima confianza.

¿Qué dirías es lo más difícil de ser actriz?

Cuando estás esperando, haciendo castings o manifestando y puede que ya hayan pasado meses o años, pero no ha llegado lo correcto para ti. En esos lapsos tienes que encontrarte, hallar la paz en eso, descubrir otras cosas que amas y mantener la fe, porque el momento perfecto y el personaje perfecto van a llegar a ti.

¿Te interesaría entrar en otros aspectos de la producción?

Sí, siento que dentro de mí soy una productora de corazón. Creo que viene de mi necesidad de controlar las cosas, pero a veces leo guiones y siento que me encantaría ayudar con las locaciones, el vestuario o el maquillaje, e incluso poder cambiar cierta narración. Definitivamente si veo un futuro en el que voy a ser productora ejecutiva, dirigir o escribir. Es algo cierto que conforme vas creciendo en esta industria puedes involucrarte más con los proyectos.

Cambiando un poco el tema, veía en tu Instagram que tu primer post fue sobre los libros que más te gustan, que son bastantes. ¿Leer es algo que disfrutas mucho?

Sí. De hecho, había archivado muchos posts, pero ese en específico es muy especial para mí. Quisiera hacer uno otra vez. Para mí, la lectura y los libros, sean novelas o libros de espiritualidad o filosofía, me fascinan. Aprendí mucho leyendo y paso mucho de mi tiempo haciéndolo. Justo cuando estoy viendo una serie también veo dos capítulos y leo cinco capítulos. Las dos cosas son muy importantes, sobre todo en mi carrera: mirar películas y ver lo popular, aunque siempre mantengo algún libro conmigo.

Sí, creo que las dos cosas se complementan, ambas te transportan a otro mundo por un rato. ¿Qué has leído últimamente que nos recomiendes?

Acabo de terminar Midnight Library. Es una novela, pero también te ayuda a conectar muchísimo contigo misma y con el mundo. Este libro te hace darte cuenta de que estás exactamente en donde debes de estar. Que las cosas son perfectas tal como ocurren.

Muchísimos libros se han adaptado a cine y televisión, ¿hay alguno que te encantaría adaptar y actuar en la producción?

Sí, The Bell Jar, de Sylvia Plath. Es como de los años 50 o más, y es el único libro que Sylvia Plath escribió porque, tristemente, se mató cuando tenía apenas 30 años, pero está basado en su vida, aunque también es una novelización. Adaptaría ese libro mañana mismo, de ser posible (risas).