“¡NO TENGO UNA ENFERMEDAD CRUEL!”
ERIC DEL CASTILLO habla sobre los rumores de que padece demencia senil, y cómo es la convivencia con sus tres hijos, a pesar de ciertos “detallitos”
TEXTO: NAYIB CANAÁN • FOTOGRAFÍAS: JOSÉ LUIS RAMOS
2023-11-20T08:00:00.0000000Z
2023-11-20T08:00:00.0000000Z
Editorial Televisa

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LOS FAMOSOS
Un lúcido Eric del Castillo, de casi 90 años, nos recibe en un área de descanso que la producción de la telenovela Vivir de amor preparó para cuidarlo en las grabaciones del melodrama. En sus palabras no hay ni un solo rastro de esa demencia senil que algunos le atribuyen: está perfecto, recuerda cada episodio de su vida y tiene la coherencia que las nuevas generaciones quizá nunca conozcan. Apapachado y consentido por sus compañeros, esta leyenda de la televisión revela a esta revista que se siente muy emocionado de que los productores lo sigan tomando en cuenta y le brinden la oportunidad de interpretar memorables personajes. “NUNCA LE ENTRÉ A LAS PORQUERÍAS DE LAS DROGAS” “Es lo principal para un actor, tener trabajo, porque un actor sin trabajo se frustra; es que sí se sufre mucho, esta profesión es un poquito cruel, sobre todo cuando empiezas. Cuando quieres ser actor, te metes a esta profesión y no logras lo que esperabas, pues hay un poco de amargura. Luego, hasta hay un poco de rabia con la vida, pero hay que entender eso, y me gusta hablar mucho con los jóvenes porque les explico que esta carrera es muy eventual, depende de muchas cosas ajenas a ti, de tu físico, de tu talento, de tu memoria, de relaciones públicas, de mil factores que se necesitan para tener éxito”, dice Eric del Castillo desde una locación ubicada en Lomas de Chapultepec. Aunque será en julio de 2024 cuando el intérprete llegue a las nueve décadas, hoy siente que ya entró en los 90. “Es que cumplí los 89, pero estoy viviendo los 90 bien contento. Tengo mis achaquitos, la espalda, la vista, pero fuera de eso, no reniego ni nada. Considero que padezco lo normal para mi edad, claro, bendito sea Dios no tengo ninguna enfermedad cruel ni nada de eso que dicen por ahí. Yo fui muy deportista de joven, y además, toda mi vida he llevado una vida sana, nunca le entré a las porquerías de las drogas. Actualmente no fumo, pero sí chupo, claro que sí, me echo mis tequilazos, ahí sí no le fallo”. A semanas de entrar a la época navideña, el actor disfruta la felicidad de seguir haciendo lo que más ama. “Muy tranquilo, muy consciente de lo que Dios me ha dado, una profesión hermosa. Le he sido fiel a mi profesión, no la he descuidado, no la he interpretado mal...”, manifiesta. En lo que se refiere a su alimentación, afirma que no abusa de las comidas que podrían generarle algún problema de colesterol, presión o indigestión. “Como lo que me da mi vieja, lo mismo que ella, así que es una comida sana, frutas, carne, vegetales, muchos vegetales, me gusta mucho la verdura”. “A VECES HE PENSADO EN RETIRARME” Otra faceta que disfruta Del Castillo es la de abuelo consentidor; no tiene muchos nietos, pero los tres que le dieron sus hijos lo han llenado de amor. “Los disfruto mucho, cuando estoy con ellos paso momentos maravillosos, y lo bueno es que se llevan muy bonito entre ellos, eso me da mucho gusto”. Descansar y tomarse un tiempo para alejarse de los reflectores ha pasado por su cabeza, aunque después se arrepiente: “Lo he pensado, porque a veces se cansa uno. Con decirte que tenía muchas ganas de ir a Acapulco antes de empezar esto. Bueno, desde que Andrés García, que en paz descanse, me invitaba constantemente a que fuera a visitarlo. Nos hablábamos por teléfono seguido, y me quedé con las ganas de ir a Acapulco; y qué bueno que no fui, me hubiera tocado esta terrible desgracia”. Con desacuerdos, pero fieles al amor que se tienen, los Del Castillo se consideran una familia normal, aunque con sus “cositas y detallitos”. Según don Eric, ya cumplió su misión como padre, formó a tres hijos adultos que emprendieron su propio camino, Ponciano, Verónica y Kate: “A nuestras hijas ya les dijimos lo bueno y lo malo de esta vida, ya las aconsejamos, les hemos dado un buen ejemplo, pero ya son mayores, son adultas, ahora sí que cada quien su vida; ya saben lo que tienen que hacer, pero no vamos a estar corrigiendo sus vidas a estas alturas. Además, los hijos no son tuyos, son de Dios, dicen que son prestados, entonces tienes que respetarlos”. Ver enamorada a la menor, Kate, le genera una gran satisfacción a la estrella de telenovelas como La mentira, Mujeres engañadas y Amigas y rivales: “Todos los seres humanos tenemos la obligación de buscar la felicidad, para eso nacimos, para eso nos hizo Dios. Miren todo lo que Dios nos dio, un planeta hermoso al que le estamos dando en la torre por tarugos, por mensos, por idiotas... Estamos acabando con este planeta, pero Dios nos dio todo para ser felices, lo malo es la conducta del ser humano”. Ponciano, su hijo mayor, “es licenciado y vive en Cuernavaca; de él tengo dos nietos, y de Verónica, uno. Cuando viene a México, nos juntamos con los nietos y comemos”. En diciembre, los planes son los mismos que desde hace muchos años: quedarse en casa y disfrutar a la familia: “Desde luego le damos gracias a Dios de una Navidad más. Somos creyentes, ponemos el árbol, lo clásico, y hacemos las respectivas cenas. Respetamos mucho esa fecha, pero también la pasamos muy bien. A veces viene alguien a visitarnos, y si podemos estar con nuestras hijas, pues qué bueno, y si no, pues lo entendemos perfectamente”.
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