UN TESORO DE SEDA QUE TIENE 1 300 AÑOS

LA JUVENTUD CHINA ADOPTA UNA DE LAS FORMAS ARTÍSTICAS MÁS ANTIGUAS Y VENERADAS DEL PAÍS.

LLAMAS, BESTIAS, ARMAS y estrellas surgen de los telares de madera para engalanar un brocado, un tejido de 1300 años de antigüedad antes reservado para la élite china y ahora popular entre los diseñadores de moda más jóvenes. Esta expresión artística es tan compleja, que incluso los artesanos más veteranos, solo producen unos cinco centímetros de tejido al día. Los telares tradicionales pueden medir cinco metros y medio de largo, tienen miles de piezas y requieren decenas de pasos para que puedan utilizarlos, de manera que cantan baladas para poder memorizar el proceso. De esta matriz creativa surgen telas brillantes con diseños tejidos a partir de la seda, el oro y las plumas de pavorreal. El brocado se desarrolló en China durante la dinastía Tang (618-907 d.C.). Las variedades surgieron por todo el país, como en Nanjing y Chengdu, ciudades que albergan museos dedicados a la seda, donde se pueden comprar auténticos pañuelos y bolsos. Este complicado tejido no puede replicarse en las fábricas. “Solo es posible tejerlo en el telar tradicional”, afirma Feng Zhao, director honorario del Museo Nacional de la Seda en Hangzhou. El año pasado, el diseñador Chen Liwen presentó una gama de pañuelos y accesorios dirigidos a la Generación Z en los que aparecía el diseño del tigre hu bu. Por ello, parece que el brocado antiguo está muy ligado al futuro de China.