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EL PROYECTO FLORIDA

¿Miami puede ser la nueva meca de la ropa masculina? Hagan sus apuestas. _

Murray Clark

ANTES DE APLANAR LA CURVA DE LA PANDEMIA, el diseñador y estilista Logan Horne se mudó de regreso a Florida. Jamás fue parte del plan, pero como ocurrió para muchos durante el punto más alto del Covid, ir a casa era reconfortante y costeable. Aun así, se preocupó por estar lejos de Nueva York, la capital de la moda norteamericana, y cómo esa decisión podría tener un gran costo, particularmente durante los eventos más importantes del calendario.

“He visto muchas semanas de la moda, y todas ellas son grandiosas. Pero hay demasiado ruido”, cuenta Horne –en el teléfono desde Palm Beach– durante esa semana donde Manhattan es el anfitrión de los shows de Marc Jacobs, Fendi y Marni. “Incluso ahora, tenía miedo de sufrir de FOMO al estar en Florida durante New York Fashion Week. Y no es el caso. Todo me parece muy frívolo ahora”.

Palm Beach puede ser el favorito de algunos expresidentes norteamericanos como su lugar de escondite (Mar-a-Lago, por ejemplo), pero solo está a una hora del epicentro cultural de Florida: Miami. Una ciudad que alguna vez fue un cóctel inundado de chamarras enrolladas y

la protagonista de los éxitos de Will Smith, pero su popularidad está creciendo; ya no es un lugar donde los estilos –y las personas– se jubilan. En el 2019, Dior hizo su show en Miami celebrando la legendaria alianza de la marca parisina con el santo patrón de la moda urbana, Shawn Stüssy. Más recientemente, Louis Vuitton organizó el último show para su difunto director creativo Virgil Abloh en las silenciosas aguas de Virginia Key. Y Horne solo es uno de los cuantos diseñadores que hacen de Florida su hogar, sin intención de regresar al noreste.

Su marca, J Logan Home, es un “bebé del Covid”, como lo confesó el diseñador, que reutiliza las bufandas de lujo para convertirlas en camisas de lujo, entre otras prendas. Miami no es solo camisas Versace, ahora es Hermès, Chanel y Celine, nuevo giro para crear algo nuevo. También es un ambiente zero-waste, desde el material hasta los botones reutilizados. Y podemos ver algo evidente icónico de Florida: las camisas son sedosas y vaporosas, tan brillantes como cualquier flamingo en el jardín y tan graciosas como un Cuba Libre a las 2 am en Little Havana. “La diferencia más obvia es el clima”, dice Horne. “Es muy tropical y gran parte de la estética de mi marca: la Florida verde y próspera. Puedo usar estas cosas coloridas y divertidas que no podía en Nueva York, porque jamás se sentía apropiado. ¿Alguna vez has usado sandalias en Manhattan? Es asqueroso”.

Mientras Horne hace prendas para los días acalorados de Florida, el diseñador dominicoamericano Gabriel Salcedo hace ropa para las mejores noches de Miami: sus camisas son vigorizantes, cuadradas y desabotonadas, y el ajuste con un tono erótico único del color negro. Su ropa de fiesta es funcional y se siente adecuada para toda la escena de música house de clubs nocturnos como Floyd en el centro de Miami, un lugar íntimo iluminado por candelabros antiguos y con unos bajos cautivantes.

El sexappeal de Salcedo es contrarrestado por otras firmas. Éliou, una marca nativa, es un gran preámbulo y ha encontrado una legión de fanáticos gracias a sus joyas, particularmente los brazaletes con caritas felices hechas de cuentas de vidrio Murano soplado a mano y perlas frescas. Éliou ahora se ha expandido con una colección completa de ready-to-wear: shorts de parches, chalecos de crochet y camisas perforadas (muchas de las prendas fueron creadas en la sala de la mamá de la cofundadora Duda Teixeira). Para ropa deportiva existe Good Thinking, colectivo del diseño de Miami: camellos caricaturescos estampados en playeras, shorts amplios y cómodos, y el memorable atardecer de Florida está bordado en gorras y sombreros. Si suena a cierta vibra muy skate es porque de ahí proviene: los cofundadores de Good Thinking afirman la influencia evidente de la tienda local de skate, Andrew.

Es fácil tener ideas preconcebidas de Miami y de Florida. “Tiene una mala reputación y eso me frustra”, dice Horne. “Cuando la gente descubre que estoy viviendo en Palm Beach, se confunden por las afiliaciones con Trump y el conservadurismo”.

Sin embargo, sigue convencido de que gracias al diseño, la cultura y la moda, Miami es mucho más que su historial político. “Hay talento en todos lados”, confiesa Horne. “Juré que jamás me volvería a mudar aquí, pero, cuando lo hice, me volví a enamorar”, dice como prueba fehaciente del poder de la ciudad.

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2023-03-01T08:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa